Nuestra Congregación está llamada a vivir una espiritualidad centrada en el mismo Espíritu que animó al Corazón de Cristo y que así lo supo descubrir y experimentar nuestra fundadora, la Beata Piedad de la Cruz, y donde toda salesiana ha de aprender como su mejor libro:
- En su amor cercano y compasivo a los más pobres y los pecadores, entregándoles lo mejor de si, sirviéndoles con amor, sencillez y dulzura y entregando la propia vida por ellos.
- En su relación amorosa con el Padre Providente, que cuida de los pobres y débiles, que nos lleva una vivir nuestra consagración confiadas en Él y su providencia.
- En la clara conciencia de vivir la misión buscando sólo la salvación de las personas.
- En su amor a María, Madre de misericordia, que es ejemplo de entrega y refugio para los decaídos.