La Congregación de las Hermanas Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús, existen como un don de Dios para la Iglesia y para una humanidad tan necesitada de cercanía amorosa y misericordiosa de Dios. Al igual que nuestra fundadora, la Beata Piedad de la Cruz, estamos llamadas a seguir a Cristo anunciándole con nuestra propia vida y sirviendo a nuestros hermanos con los mismos sentimientos del Corazón de Jesús: ofreciendo y viviendo en todo lo que hacemos la misericordia, la humildad, la sencillez, la alegría y la compasión, de modo especial con los más pobres, no sólo material sino también espiritual.
A través de una vida de profunda experiencia con Dios, por medio de la oración y los sacramentos, especialmente la Eucaristía, estamos llamadas a encarnar con nuestro testimonio el ser mismo de Cristo en nuestra misión, sosteniendo así, las debilidades de los que más sufren y derramando la misericordia que Dios ha tenido con nosotras. En este itinerario carismático nos acompaña la Virgen María, como portadora de la misma misericordia del Hijo y como abogada de pecadores.